Cuando el cine decide qué mascotas se ponen de moda

REPORTAJE | El publicista James Vicary sorprendió a la sociedad de 1955 cuando aseguró haber insertado publicidad subliminal efectiva en la película 'Picnic', galardonada con 2 Premios Oscar. Supuestamente introdujo mensajes repetidos e imperceptibles incitando a los espectadores para que consumieran palomitas y Coca-Cola. La venta del refresco se disparó un 18% y fue mucho superior, hasta del 58%, en el caso de las palomitas. Pero cinco años después, el propio Vicary reconoció que todo se trataba de un bulo creado por él mismo para intentar salvar las cuentas de la agencia de publicidad que dirigía.

No siempre es necesario el uso de publicidad en cine como golpe de efecto y lucrativo. El mero hecho de que los protagonistas sean animales puede generar un aumento considerable de perros, pájaros o peces en millones de hogares.

Según publica Cinemanía, cientos de lechuzas han sido abandonadas por sus dueños en Reino Unido desde que se estrenara la segunda parte de la película 'Harry Potter: Las Reliquias de la Muerte'. El fenómeno se ha propagado por el país entero, pero especialmente en un centro especializado del norte de Gales, en el que han pasado en pocos meses de 6 ejemplares a más de 100. Eso sin tener en cuenta aquellas que hayan sido abandonadas a su suerte.

J.K Rowlling, autora de la saga 'Harry Potter', ha declarado que "si mis libros han llevado a alguien a creer que una lechuza puede ser feliz encerrada en una jaula en una casa, me gustaría poder gritarle a la cara '¡Eso está mal!". Y es que los expertos recuerdan que esta especie requiere de importantes atenciones y su manutención puede costar cientos de euros.

Las lechuzas son sólo el caso más reciente de un comportamiento absurdo y deleznable que se repite tras el estreno de algunas cintas.

En 1961 Walt Disney lanzó a la salas de cine de todo el mundo la película '101 Dálmatas'. El film puso de moda una especie canina hasta entonces casi desconocida por la mayoría. Se vendieron miles de estos perros y, para satisfacer la demanda, hubo que mezclar dálmatas con otras razas. Como consecuencia se alteró su salud y temperamento, pasando a ser considerados como perros agresivos.

Lo mismo ocurrió en 1987 con la emisión televisada de 'Las Tortugas Ninja'. Miles de jóvenes optaron por hacerse con un "Michelangelo" real como mascota. Una vez pasó de moda la serie, las alcantarillas, ríos y estanques de todo el mundo actuaron como centros de acogida, provocando la preocupante introducción de especies no autóctonas en habitats poco apropiados.

Otro caso más reciente tuvo lugar tras el éxito logrado por 'Buscando a Nemo', quizá una de las mejores películas de animación de todos los tiempos y entre las más taquilleras con una recaudación de casi 900 millones de dólares. El pez payaso, protagonista de la cinta y especie en peligro de extinción, se alzó como la mascota preferida durante meses. En poco tiempo se vendieron más de 150.000 unidades de este ejemplar. De poco sirvió la moraleja de la historia. ¿Te acuerdas?.

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